¡Cuánto bien ha hecho Cartoon Network por la animación! Ya desde hace años, y no sólo en su matriz principal sino también en su división de animación para adultos, Adult swin, nos ha legado auténticas joyas para la pequeña pantalla, desde Samurai Jack a Rick & Morty, desde Adventure Time a Regular Show. Todo gracias a que ha sabido congregar a algunos de los mejores animadores de la actualidad, con permiso de los grandes estudios de Hollywood, con ideas realmente rompedoras y sobre todo con una libertad total de ejecución. ¿En qué otro lugar podríamos haber podido disfrutar de una locura semejante como es Superjail?
Sin embargo hoy no quiero enumerar las bondades del canal de televisión, sino de una de sus últimas grandes obras: Clarence. Creada por Skyler Page, la serie cuenta el día a día de su protagonista, un niño de 10 años, y sus vivencias en el colegio y demás actos de su vida junto a sus amigos y su familia. Digamos que es la típica serie estadounidense donde se relata la vida de una familia de clase media con los alicientes de añadir pequeños elementos a cada uno de los personajes que los hagan destacar y los diferencien para conseguir una serie más atractiva y única.
Hay que destacar que pese a que la mayoría del reparto y los temas que se tocan tienen un caracter infantil, la serie pretende alejarse de eso desde el primer momento. Podríamos enmarcarga de ese pequeño grupo, que cada vez se está haciendo más grande, de obras que pueden ser disfrutadas, literalmente, por toda la familia, sin importar el rango de edades. Y es que aunque las vivencias de Clarence y sus dos amigos, Jeff y Sumo, son propias de niños con una visión infantil del mundo, también se les ubica en esa edad en la que quieres ser mayor y realizar cosas de adultos, aunque aún se vea desde un punto de vista ingenuo e inocente.
La combinación de estos dos elementos, y los tintes cómicos que redondean el conjunto, es lo que hace grande a la obra. Hay otras grandes series como Adventure Time que también pretenden captar la atención de un espectador más maduro pero sin olvidarse de los más pequeños. Sin embargo lo hacen mediante gags y reclamos concretos, con hechos puntuales que están muy marcados en los personajes pero que no pueblan el resto de la obra. En el caso de Clarence, esto es la esencia de la serie: unos protagonistas infantiles que se ven obligados a desenvolverse en un mundo adulto, en el que tarde o temprano deben encajar pero su innata inocencia se resiste, y al final consiguen que sean los demás los que involucionen y regresen a su esencia como seres humanos.
Porque al fin y al cabo lo que hace grande a esta serie son sus personajes, no sólo los matices que aportan cada uno sino lo bien que encajan en el conjunto. Con un amplio abanico de caracteres que se pueden añadir o quitar dependiendo de lo rocambolesco de las historias, en la mayoría de los casos giran en torno a la figura del protagonista, que da nombre a la serie. Clarence es el tipo de personaje con una personalidad muy marcada y definida, cuyo principal acometido es influir en el resto del reparto durante los capítulos y así hacer que ellos sean los que vivan la moraleja de sus historias en sus carnes. Se podría decir que es un personaje principal que realiza las funciones de uno secundario.
Dentro de esto, la santa trinidad de la serie la completan sus mejores amigos: Jeff y Sumo. Aquí es donde se da el mayor juego de Clarence, puesto que ambos personajes son completamente diferentes y su único nexo en común es el protagonista. Por un lado está Jeff, el chico más inteligente y aplicado de la clase, demasiado estricto y exigente consigo mismo, perfeccionista y exageradamente educado para un niño de 10 años. Maníaco de la limpieza, podríamos decir que es todo lo opuesto a lo que debería ser un chico normal a su edad.
Sumo en cambio es el extremo opuesto: de una familia numerosa completamente desestructurada, debe compartir no sólo habitación sino también cama con varios de sus hermanos. La competencia por destacar y llamar la atención de su padre es despiadada lo que le ha obligado a madurar más rápido que el resto de niños de 10 años. La escuela y los deberes es algo prescindible para él, por lo que no deja de acumular malas notas pero ante la falta de reprimenda por parte de los padres, el problema no tiene vistas de solucionarse.
Dos personajes muy diferentes que son buenos amigos, pero que la serie se encarga de separar de las típicas buddy movies donde dos polos apuestos viven una experiencia traumática que les muestra las pocas partes que tienen en común para convertirlos en amigos inseparables. Aquí cada capítulo en el que ambos están solos, que no son muchos, se destacan estas diferencias y simplemente no encajan. No se puede forzar algo que naturalmente no conecta, y la serie busca esa naturalidad en los personajes por encima de todo, por lo que sólo Clarence en su papel redentor y apaciguador consigue unir estos dos polos tan diferentes.
Porque si algo hay que destacar de Clarence es que se trata de una serie coral. Los personajes son buenos por separado, y cada uno destaca a su manera, pero cuando realmente funciona el conjunto y las historias son realmente divertidas e interesantes, es cuando tenemos a más de dos o tres personajes durante gran parte del argumento. Son mucho mejores los capítulos que los tres, u otros compañeros de clase, participan en la historia desde casi el principio hasta el final, que los que sólo están desarrollados en torno a uno de ellos.
Además de esto, la serie cuenta con un gran sentido del humor. Especialmente relevante es el tema de los efectos de sonido, perfectamente colocados para añadir mayor expresividad no sólo a los personajes sino también a las situaciones. Son sonidos muy evocadores pero a la vez muy explícitos de lo que se quiere referenciar en algunos puntos en concreto, como los gruñidos de cerdos para hacer recalcar aún más lo sucios y descuidados que son Clarence y Sumo con respecto a Jeff, que no le queda otra que aceptarlos tal como son.
En resumen, otra gran serie de la factoría Cartoon Network, y ya van unas cuantas. Con creativos jóvenes que quieren darle un lavado de cara a la animación actual y que han encontrado en la televisión el medio perfecto para hacerlo. Series que atraen a todo tipo de público pero que guardan muchos guiños que sólo el espectador adulto podrá captar (películas míticas como 2001: Una Odisea en el Espacio, La Matanza de Texas o Star Wars pasando por Snoopy tienen cabida), de nuevo con ese doble juego de lectura de las historias. Clarence no entraría dentro de las series más pretenciosas y complejas de la historia, pero sí dentro de las más entretenidas, efectivas e interesantes que se pueden ver actualmente en la televisión. De obligatorio visionado para cualquiera, sin importar edad, sexo o cultura.
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