No es País para Viejos

CALIFICACIÓN: ****



FICHA TÉCNICA:
Dirección: Joel & Ethan Coen. Intérpretes: Josh Brolin, Javier Bardem, Tommy Lee Jones, Woody Harrelson. Guión: Joel & Ethan Coen, basado en la novela de Cormac McCarthy. Fotografía: Roger Deakins. Música: Carter Burwell. Título original: No Country For Old Men”. Nacionalidad: USA, 2007. Duración: 122 minutos. Género: Drama criminal.


Los Coen vuelven a sus orígenes. Ese es el principal resumen que se puede sacar tras visionar su última cinta: No es País para Viejos. Y después de presenciar alguna de sus últimas producciones, como Ladykillers o Crueldad Intolerable, desde luego es una gran noticia.
Los famosos hermanos echan mano de sus raíces, de las historias sobre personajes anónimos: personas corrientes que en un momento de sus vidas se cruzan con hechos que les cambiarán para siempre, con seres ambiguos de moralidad dudosa pero que siempre buscan una meta y que supondrá su razón de ser durante toda la película. Al igual que en O’ Brother!, donde la premisa que movía a los protagonistas era encontrar el tesoro enterrado del que tanto hablaba George Clooney, aquí se usa de nuevo el motivo del botín como motor de la historia, aunque en este caso los hilos argumentales que genera son más complejos.
La película se divide básicamente en tres historias: la que protagoniza Llewelyn Moss (Josh Brolin), que representa al hombre corriente que fortuitamente se encuentra con la escena de un crimen en que no ha tomado parte y con una maleta llena de dinero; otra es la de Anton Chigurh (Javier Bardem), un asesino a sueldo que se toma demasiado en serio su trabajo y que debe encontrar a Moss y el dinero que se ha llevado; y por último está la historia de Ed Tom Bell (Tommy Lee Jones), el sheriff que se encarga de investigar todo el asunto cuando descubre la escena del crimen inicial.
La maestría con que los hermanos Coen consigue tejer la enmarañada historia a partir de estos tres hilos principales es uno de los puntos fuertes de la producción. Nos encontramos con una búsqueda en el equilibrio entre las situaciones de unos y de otros, y sobre todo de su importancia dentro de la película. Sin embargo, mientras que los que destacan son Brolin y Bardem, el sheriff interpretado por Tommy Lee Jones parece quedarse en un segundo plano y sus intervenciones siempre se encuentran subordinadas a las de los otros dos. Se trata de una historia a la que se quiere dotar de importancia mediante pequeños detalles de su biografía personal, y no tanto de su relación con los otros dos personajes protagonistas. Esto hace que el espectador se sienta distanciado del rol del sheriff y que sus apariciones en escena no parezcan más que elementos de relleno.
Lo que realmente predomina, y lo que más interesa al espectador, es ese juego del ratón y el gato que representan Brolin y Bardem. Éste, demuestra en todo momento que nada condiciona sus decisiones salvo la satisfacción que encuentra en el propio hecho de quitar vidas: los Coen lo retratan como un personaje que se guía por sus propios principios, sin importarle lo más mínimo las vidas humanas que tenga que arrebatar para llegar a su meta.
La intención de los Coen no es mostrar un mundo optimista, un escenario donde los actores lleven vidas apacibles ajenas a cualquier desastre, sino todo lo contrario. Como es habitual en la mayoría de su filmografía, y sobre todo en sus producciones más personales, los protagonistas son el claro ejemplo del anti-héroe: no son los héroes clásicos que proclamaba Homero en sus poemas épicos de La Ilíada o La Odisea, seres virtuosos que luchaban por el bien común de una forma heroica, sino su antítesis. En ellos el egoísmo es visto como una virtud, algo que les ayuda a sobrevivir, y que se sobrepone a su gran inteligencia (salvo en el caso del sheriff).
Este último detalle es muy interesante ya que los tres personajes principales demuestran en todo momento unos grandes conocimientos que llevan a la práctica y aplican a cualquier decisión, como la competencia del psicópata que interpreta Bardem sobre “cirugía” para sanarse la pierna. Los Coen los muestran como seres que saben moverse por un mundo irregular, un escenario que les ha sido impuesto y donde ellos no han tenido más remedio que adaptarse para sobrevivir.
Este pesimismo del mensaje tiene su máximo exponente en el final de la película. Cada uno de los tres personajes principales sufre un desenlace distinto, pero el peor que podrían imaginar cada uno de ellos: la muerte, el accidente y la jubilación (no voy a decir de cuál es cada uno).
Tomando todo lo anterior, especialmente el punto sobre la inteligencia y la viveza que demuestran los personajes, es muy elocuente que el título de la película sea No es País para Viejos: en un mundo tan competitivo como el nuestro no hay lugar para las personas que no saben adaptarse al mundo que les rodea y menos aún para las que no demuestran la viveza y la capacidad de tomar importantes decisiones de inmediato como los tres protagonistas de la historia.
Carlos Sanz

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Como bien dice el critico de cine, Carlos Sanz, esta pelicula muestra a gente corriente, que en un principio viven sus vidas si saber los unos de los otros, pero el azar los junta, de manera, que el final de cada uno este relacionado con el de los otros.
Una gran película, por la menera de presentar la trama, y sobre todo a los protagonistas, de manera que no podamos pensar en que este actor hizo esta otra pelicula, porque quien haya visto la cinta, reconocera que nuestro querido Javier Bardem no parece el y que seguramente, cuando le vio en el cine no pensase en Ramon San Pedro, o en otros de sus multiples papeles.

Agradecer a Carlos Sanz, la maravillosa presentacion de la trama, para poder entender mejor el motivo de que los hermanos Coen grabasen esta cinta.