Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

CALIFICACIÓN: ****


FICHA TÉCNICA

Dirección: Steven Spielberg. Intérpretes: Harrison Ford, Shia LaBeouf, Cate Blanchett, Karen Allen, John Hurt. Guión: David Koepp, sobre una historia de George Lucas y Jeff Nathason. Fotografía: Janusz Kaminski. Música: John Williams. Título Original: Indiana Jones And The Kingdom Of The Crystal Skull. Nacionalidad: USA, 2008. Duración: 122 min. Género: Aventuras.


Han pasado 19 años desde que el arqueólogo más famoso del cine hiciera su penúltima aparición en la gran pantalla. Muchos han sido los proyectos descartados desde aquella Indiana Jones y la Última Cruzada, algunos firmados por grandes guionistas como Frank Darabont, pero que no terminaron de convencer a la pareja de oro Lucas-Spielberg.

Sin embargo la espera por fin ha terminado, y la cuarta entrega del doctor Jones ya es una realidad. En ella, nos encontramos con un hombre más maduro e inteligente que en sus anteriores aventuras. En cambio, aquí nos sitúan en plena Guerra Fría, por lo que sus enemigos no son los nazis a los que nos tiene acostumbrado sino los comunistas rusos. En cuanto al MacGuffin que sirve de detonante no es un arca, templo o Grial, sino una calavera de cristal con poderes paranormales y de misteriosa procedencia.

Como podemos observar tiene todos los ingredientes que hicieron de sus tres antecesoras todo un éxito de taquilla, ya que sigue las mismas fórmulas de aventuras y ritmo trepidante, y todo ello bajo la magistral batuta de Spielberg. El director vuelve a demostrar, una vez más, que su capacidad para realizar películas de calidad que diviertan a públicos de todas las edades sigue intacta: sólo está al alcance de unos pocos realizar películas tan monumentales y con tanta presión mediática como esta y salir airoso de su cometido, y desde luego Spielberg es uno de ellos.

El director ha sabido reunir los elementos que dieron tanta fama al doctor Jones, a pesar de que hayan pasado 19 años desde su última aparición en el cine. La película es un perfecto ejemplo del saber hacer de Spielberg, y sobre todo de lo que necesita una película de aventuras para conseguir entretener al público sin olvidar sus raíces: el ritmo, las escenas de acción, todo el elenco de personajes secundarios, y sobre todo el protagonista con su humor tan característico hacen que retrocedamos en el tiempo y volvamos a vivir las mejores escenas de Indiana Jones.

Eso relativamente, puesto que la edad no perdona ni siquiera al intrépido arqueólogo, o más bien a Harrison Ford. No debemos esperar una cinta donde todas las escenas de acción, que son muchas, estén capitaneadas por el protagonista, como ocurría antaño: mientras que en unas se intenta mostrar que Jones sigue estando en forma y es capaz de salir airoso de las situaciones más inverosímiles, como en la escena inicial del almacén; en otras su papel de héroe queda relegado a un segundo plano a favor de los secundarios como su hijo, interpretado por el omnipresente Shia LaBeouf.

La introducción en la película de un papel tan importante como es el del hijo del doctor Jones es la principal novedad que se aporta a la historia. Mientras que en los films anteriores el reparto se basaba en Indiana Jones, la chica, un compañero y el enemigo, en el caso de la cuarta película el patrón anterior queda totalmente descartado con la aparición de Shia LaBeouf (que parece sacado del Marlon Brando de Rebelde Sin Causa).

Este es el personaje más interesante de la cinta, principalmente por la novedad que representa, puesto que al doctor Jones ya le conocemos de experiencias anteriores y la chica no es otra que Marion Ravenwood (Karen Allen), que ya apareció en Indiana Jones en Busca del Arca Perdida (1981). Calificado como Mutt, hasta que descubrimos que forma parte de la saga Henry Jones, es el claro ejemplo de lo que podía haber sido y no fue. Mientras que al principio se le muestra como un personaje rebelde, inconformista y defensor de que el fin (encontrar a su madre) justifica los medios, poco a poco se va transformando en el bufón de la película, tomando el calificativo con su significado más despectivo: es el objeto de la mayoría de escenas ¿cómicas? de la cinta. En cuanto a las que están protagonizadas por Jones, sí que se puede calificar de realmente divertidas puesto que hacen referencia la comicidad original de la saga, como por ejemplo la huída de los soldados rusos ante la inminente explosión de la bomba nuclear.

Si en el bando de los buenos existe esta pequeña cojera, en el de los enemigos no hay ningún “pero”. Cate Blanchett interpreta concienzudamente a Iriana Spalko, militar soviética y mano derecha de Stalin. En este caso se ha querido optar por un personaje femenino para interpretar el rol de enemigo, algo muy significativo: parece que la intención es conseguir un efecto menos previsible de la maldad del antagonista, algo que por ejemplo no ocurría con el líder de la secta de Indiana Jones y el Templo Maldito (1984). Blanchett consigue esa dualidad de la mala de la película ayudada por su imagen de mujer grácil y débil, pero que por otro lado es implacable con sus enemigos y que, como ella misma dice, siempre consigue lo que quiere.

Lucas y Spielberg han sabido reunir y utilizar perfectamente todos estos ingredientes para conseguir una obra notable. Aunque en este caso la temática acaba inclinándose más hacia el lado de la ciencia ficción, la base de aventuras y de humor propio de la saga que siempre nos ha dado Indiana Jones sigue intacta.

No defraudará a los seguidores más acérrimos puesto que a sus creadores no se les ha pasado ninguno de los elementos característicos de la historia de Jones: la espera tendrá un resultado a la altura de las circunstancias. Ahora ya sólo podemos pedir que no tarden otros 19 años en llevar a Indy a la gran pantalla con una nueva aventura.


Carlos Sanz

Comentarios