Sexo en Nueva York (por F. F.)


La crítica de cine, como bien me dice siempre Liliana Sáez, se puede considerar como una pequeña obra literaria. Y por supuesto, como en cualquier novela, cuento, poema, etc. nos encontramos con escritos de todo tipo.
Hoy he recogido una crítica que aparece en el número 1977 (Julio 2008) de la revista Fotogramas, firmada por Fausto Fernández acerca de la película de Sexo en Nueva York. Para empezar os informo que la calificación que la da es la más baja posible: de una sóla estrella, por lo que podemos esperar un texto que utiliza mcuhas metáforas tomadas de la "filosofía" de la cinta para descalificarla.
A continuación os transcribo el texto íntegro (que también se puede leer en la página web de Fotogramas):

<<Ir de tiendas puede ser muy divertido. El problema reside en cuando esa forma de entender el ocio se transforma en manera de vivir, de ser. Y el mayor problema de esta innecesariamente alargada sesión de shopping llamada Sexo en Nueva York: La Película es que piensa que la vida es una sucesión de escaparates, marcas y tópicos. Tal vez desde la heterosexualidad masculina sea imposible comprender que un discurso que ensalza el matrimonio, la maternidad, el consumismo compulsivo, la superficialidad, los complejos de Electra y la esterilización mental del macho sea el no va más del posfeminismo.
Igual que esas barritas dietéticas que sustituyen a una comida, el film es una gran, edulcorada e hipocalórica NADA. Un publirreportaje formulado desde un somnoliento climaterio cinematográfico, con mala pata (calzada con Manolos, eso sí) en su supuesta moderna reivindicación de la Cenicienta sin ceniza. Uno se pregunta si George Cukor se estremecería en su tumba viendo que estas ricas y famosas que juegan a ser transgresoras están más pasadas de moda que sus reprimidas abuelas.>>
Firmado por Fausto Fernández.

Lo primero que tengo que decir es que no he visto la película, ni tengo intención. Pero cómo disfrutamos cuando una persona destripa de esa forma, y sobre todo con esa elegancia, un producto tan típico, tan utilizado y reutilizado por los medios de comunicación. Ese estilo de vida impuesto por los mass media, que ha llegado hasta las salas de cine, y que nos lo quieren vender como una obra de arte a la altura de grandes comedias clásicas como, por citar la primera que se me ocurre, Arsénico por Compasión.
¿De verdad ir de compras, encontrar un marido rico para sacarle todo lo posible o charlar con las amigas sobre moda es el estilo de vida más digno?¿Estos son los nuevos aires que soplan para el feminismo? Mary Wollstonecraft se removería en su tumba. Me parecen mucho más dignos y acertados los valores que defiende Frank Capra en Qué Bello es Vivir.
Creo que me he desviado un poco del tema original de este post, pero leyendo escritos tan elocuentes, donde nada sobra ni falta como la anterior crítica de Fausto Fernández, es normal que el lector se vea afectado como si de cualquier otro texto de los considerados "literarios" se tratara. Tomándole como referencia, está claro que la crítica actual (no toda, por supuesto) también puede ser una pequeña obra literaria.

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