The Fall

CALIFICACIÓN: *****


FICHA TÉCNICA:
Dirección: Tarsem Singh. Intérpretes: Lee Pace, Catinca Untaru, Justine Waddel, Julian Bleach, Robin Smith, Daniel Caltagirone. Guión: Dan Gilroy, Nico Soultanakis, Tarsem Singh. Fotografía: Dan Hubbard. Música: Krishna Levy. Nacionalidad: India-USA-GB, 2006. Duración: 118 min. Género: Aventura, fantasía.

En Big Fish (Tim Burton, 2003), el director nos presentaba a un personaje odiado por su hijo por las mentiras que contaba acerca de sus experiencias a lo largo de toda su vida. Ni en el lecho de muerte podía evitar los fantasiosos relatos que poco se ajustaban con la verdad. Posteriormente, el espectador entendía que esa visión tan singular que daba Albert Finney de la realidad se ceñía más a las verdaderas vivencias del protagonista que cualquier otra historia. Él creía más en lo que originaba su mente que en lo que veían sus ojos.
Esta es una de las principales virtudes que ha demostrado el cine a lo largo de toda su historia. Desde esos primeros ejemplos que nos dejó el genio de George Méliès a finales del siglo XIX, más cercanos al ilusionismo que al cine narrativo, los espectadores comenzaron a entender que no todo lo que veían con sus propios ojos podía ser verdad. La delgada línea que separaba la realidad de la ficción había desaparecido y cada vez era más difícil diferenciarlas.
Este es el leitmotiv que domina la cinta que nos ocupa: el poder del cine para evadirnos de nuestra vida cotidiana. Visto así puede parecer algo poco recurrente, desprovisto de frescura por los numerosos ejemplos que usan esta idea en sus cintas (la reciente Rebobine, Por Favor de Michel Gondry se sustenta en estos mismos pilares). Sin embargo The Fall usa lo ficticio como un ente que se encuentra por encima de la realidad, que la supera en todos sus elementos.
La historia nos sitúa en Los Ángeles, a principios del siglo XX, cuando el cine comenzaba a dar sus primeros pasos y la gente aún no entendía su funcionamiento. El protagonista es un especialista en escenas arriesgadas que debe ser hospitalizado por una fatal caída. Su mundo se desmorona: ha perdido su trabajo, su novia le ha abandonado y puede quedar parapléjico para siempre. Sin embargo, en el hospital se encuentra con una niña pequeña que tiene el hombro escayolado por otra caída ("The Fall" es en nexo de unión entre los dos). El especialista la narra una historia épica donde se conjugan elementos ficticios con reales, donde tiene cabida la inocencia de la niña en un mundo adulto, y donde los personajes que acompañan al héroe están sacados de la vida del narrador.
¿Pero qué hace tan especial a la película si sólo se cuenta una historia de honor y de venganza? Aquí es inevitable nombrar a Tarsem Singh. Después de un pasado como director de videoclips, donde trabajó con Deep Forest o R.E.M. entre otros, su ópera prima fue la refrescante La Celda, protagonizada por Jennifer López, y donde aún no tenía la independencia creadora de la que se nota que ha disfrutado en esta. En The Fall, todo parece sacado de una mente que no se marca límites en su imaginación: desde el mínimo detalle hasta determinados planos nos demuestran que el trabajo de su director ha sido exhaustivo (recordemos que estuvo 7 años viajando por el mundo para encontrar lugares en los que rodar) y que realmente disfruta con lo que hace.
La puesta en escena es realmente destacable dentro del conjunto, desde los detalles aparentemente más superficiales, hasta planos exageradamente generales, que engloban los monumentales paisajes para dejar a los personajes reducidos a su mínima expresión. La conjugación que hace de planos simétricos, con picados y contrapicados de gran expresividad, consigue que el espectador se mantenga absorto simplemente con mirarlos, sin tener que adentrarse demasiado en la historia. Tarsem, ayudado por una magnífica fotografía, juega con la imagen y le da un valor puramente visual que consigue expresar más que cualquier palabra: eso es lo que a priori atrae al espectador al ver la película.
Sin embargo ésta esconde mucho más: una historia subordinada al estado de ánimo del narrador, que decide las acciones de los personajes y cualquier cosa que les ocurra. Por eso nunca podremos hablar de una obra completamente objetiva, puesto que todo depende del punto de vista de su creador y de lo que quiera transmitir con él a los espectadores. Pero ¿acaso no tienen ellos ningún poder sobre el transcurso de la historia?¿No debe pensar el narrador en el público al que se dirige y que va a observar la historia que les quiere contar? La niña pequeña juega este papel de receptora, pero no de una forma pasiva que se limita a recibir información, sino que aporta sus sentimientos poco a poco para influir en el narrador: las películas son tanto del que las crea como del que las ve, puesto que cualquiera de los dos puede considerarlas como algo propio, algo que les llega a lo más profundo de su ser.
No quisiera terminar esta reseña sin hacer mención al dúo protagonista. Gran parte de la magia que desprende la película parte de la gran química que hay entre los dos. La naturalidad de la que hace gala la pequeña Catinca Untaru a lo largo de todo el filme no la veía un servidor desde que Yuya Yagira ganó el premio a Mejor Actor en el Cannes de 2004 por Nadie Sabe.
En cuanto a Lee Pace, más conocido como protagonista de la serie televisiva Pushing Daisies, sabe compenetrarse perfectamente con la niña rumana para equilibrar perfectamente el protagonismo de la cinta, sin que ninguno de los dos llegue a destacar innecesariamente.
No podemos hablar de The Fall como una cinta que destaque por algo concreto, ya sea por su director, por su fotografía o por su elenco de actores: la clave de que nos encontremos ante una magnífica película es que todo ello se conjuga perfectamente, con un resultado donde ni sobra ni falta nada.

Carlos Sanz

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