Let The Right One In

CALIFICACIÓN: ****


FICHA TÉCNICA:
Dirección: Tomas Alfredson. Intérpretes: Kåre Hedebrant, Lina Leandersson, Per Ragnar, Henrik Dahl, Karin Bergquist, Peter Carlberg. Guión: John Ajvide Lindqvist. Fotografía: Hoyte Van Hoytema. Música: Johan Söderqvist. Nacionalidad: Suecia, 2008. Duración: 114 min. Género: Drama Fantástico.

Let The Right One In competía en la sección oficial del pasado Festival de Cinema de Catalunya (antes conocido como Sitges) para llevarse el premio a mejor película. Tras conocerse el palmarés de su cuadragésimo primera edición, hubo una pregunta en la rueda de prensa que se antojaba inevitable: ¿Por qué el jurado no había entregado ningún premio a la cinta? Aquí pueden entrar diferentes razones subjetivas que respondan a dicha cuestión que no nos llevarían a ningún lado.
Lo primero que hay que decir en la película es que no podemos hablar de ella como un ejemplo de cine de terror convencional. Hasta se podría decir que no entra del género como tal, sino que se inclina más por un drama fantástico con toques románticos entre dos niños pequeños.
¿Pero no hay vampiros por medio? Si. ¿Y escenas con sangre a raudales? Si. ¿E incluso un poco de gore? También. Sin embargo todo eso queda en un segundo plano a la sombra de la historia que nos cuenta del pequeño Oskar y su enigmática vecina. El niño ha vivido sus doce años de vida en una familia rota, sin un padre en el que reflejarse y una madre que se preocupa por él pero no puede ayudarle en todos sus problemas. Además debe sufrir constantes humillaciones en el colegio por parte de compañeros de clase que le marginan y se ríen de él. Todo cambia cuando una niña de su edad se muda a la casa de al lado. Ahí comienzan a gestar una amistad que se alimenta del odio de Oskar por sus acosadores y por la necesidad de éste de encontrar a alguien con quien compartir sus secretos.
Si sólo tuviéramos esta historia no podríamos decir que fuese muy original: el tema del bulling desgraciadamente está tan presente en la vida real que el cine no ha tardado en adoptarlo para sus películas. Sin embargo en Let The Right One In se produce una vuelta de tuerca a este subgénero y se le aplica un elemento totalmente novedoso: la vecina de Oskar es una niña vampiro. Aunque se ponen en paralelo las extrañas desapariciones que se producen en el vecindario con la mudanza de la niña y su ¿esclavo?, las primeras apariciones de la pequeña tampoco nos dan pistas suficientes como para poder relacionarlos sino que nos muestra a una chica desnutrida que parece tener los mismos problemas, sino peores, que Oskar.
Por eso, aunque la primera toma de contacto que tienen el dúo protagonista no es muy amistoso, la soledad que sienten en sus vidas, cada uno por distintas razones claramente diferenciadas, les provoca la necesidad de encontrar a otra persona. Así poco a poco se va forjando la amistad entre los dos.
Puesto que la situación no es muy convencional, las actitudes de los niños van en consonancia a ella: la niña se siente a gusto con Oskar y teme decirle la verdad por miedo a que la rechace, a la vez que el niño está tan necesitado de cariño que no le importa de donde venga, aunque sea de un vampiro que se alimenta de sus vecinos.
Este juego de sentimientos que se da entre los dos es el punto fuerte de la película, no sólo porque se dé entre dos personajes infantiles sino sobre todo por la naturaleza de la niña. La humanización de la pequeña vampiro por parte del director consigue que el espectador no la identifique como un ser horrible que mata sin remordimiento: a nuestros ojos se nos muestra una pequeña criatura que, dentro de su propia naturaleza, tiene que sufrir problemas al igual que hace Oskar en su vida diaria, y que los afronta como puede, aunque tenga que herir a alguien.
Este paralelismo se demuestra perfectamente en la escena donde el niño consigue sobreponerse a sus miedos y hacer frente a sus acosadores: uno de ellos sale herido pero lo que importa no es eso, sino que el protagonista ha solventado su problema.
También hay que tener en cuenta el trabajo de Tomas Alfredson: sin grandes alardes consigue un resultado muy efectivo, contándonos una historia llena de sentimientos pero sin olvidar imágenes realmente impactantes que se grabarán en la retina del espectador. Teniendo en cuenta que en la cinta entran en juego, y de manera realmente importante, personajes fantásticos como los vampiros, el resultado final podría haber sido un auténtico desastre por no controlar sus intervenciones o por obcecarse en escenas violentas que lo único que habrían conseguido es una película de las que existen innumerables ejemplos en la cinematografía universal. Sin embargo Alfredson sabe hasta dónde es capaz de llegar y no se extralimita en sus funciones, realizando una obra bastante correcta y muy a tener en cuenta.

Carlos Sanz

Comentarios

mge ha dicho que…
La mejor película "de vampiros" que he visto hasta el momento.

He dicho.