Camino

CALIFICACIÓN: ***


FICHA TÉCNICA:
Dirección: Javier Fesser. Intérpretes: Nerea Camacho, Carmen Elías, Mariano Venancio, Manuela Vellés, Ana Gracia, Lola Casamayor. Guión: Javier Fesser. Fotografía: Alex Catalán. Música: Rafa Arnau & Mario Gosalvez. Nacionalidad: España, 2008. Duración: 143 min. Género: Drama.

La sutileza es una virtud que muy pocos directores saben aplicar a sus obras, algunos porque no quieren usarla para transmitir su mensaje y otros porque no son capaces. Numerosísimos son los ejemplos de películas que utilizan su tesis principal de manera secundaria, dedicando el tiempo del largometraje a contar una historia que, a priori, puede no tener una consciencia como obra total de sí misma pero que, ya con los créditos finales, nos descubre su auténtica razón de ser. Esto también lo agradece el espectador, que siente como la historia principal y el verdadero mensaje de la cinta han estado unidos durante toda su visualización, pero no es hasta el final cuando le queda completamente claro.
Parece que Javier Fesser no es pródigo en esta virtud y desde el primer minuto de Camino ya se puede adivinar su posicionamiento y el objetivo que pretender alcanzar, sin dejar lugar a la sorpresa durante el resto del metraje. Esto no tendría porqué ser un punto negativo si no fuese por la exageración de su utilización, reiterándose continuamente en la misma idea, pese a que al espectador ya le haya quedado claro desde el principio.
A pesar de esto cabe destacar su gran labor como director. Tras las singulares El Milagro de P.Tinto y La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón, tocaba dejar a un lado la comedia y pasar al drama. Como en sus anteriores obras, ha vuelto a demostrar un total dominio del género, sin verse superado en ningún momento de la historia, controlándola y guiando al espectador en cada momento. Aunque su idea de transmitir el mensaje no sea la más correcta, al menos no en esta película, sí que ha demostrado saber adaptarse a distintos géneros sin perder por ello ni una pizca de su personalidad.
Mención aparte también merece su trabajo con los actores, especialmente con Mariano Venancio, que parecía encasillado con el papel de Superintendente Vicente, pero que ha demostrado ser un grandísimo actor y deleitarnos con una actuación memorable. La debutante Nerea Camacho también tenía la difícil tarea de ser la protagonista en su primera película, y sobre todo debía interpretar un personaje que marca completamente el ritmo y que sirve de pilar para todo el relato. El resultado no ha podido ser más satisfactorio, por el que fue galardonada con el Goya a Mejor Actriz Revelación. El resto del reparto parecen escogidos perfectamente cada uno para su papel y tras los ya mencionados Mariano Venancio y Nerea Camacho, completa el trío protagonista la madre de ésta en la ficción: Carmen Elías. Su papel es, posiblemente, el más complicado en un principio puesto que no va a contar con el beneplácito del público. La interpretación de la madre ultrarreligiosa, que prioriza su fe ciega al bienestar e incluso a la vida de su propia hija, es magistral puesto que también la dota de una humanidad que tan fácilmente podría haber desaparecido de ella, convirtiéndola en un ser sin escrúpulos a la que no preocupa nada terrenal.
El guión, escrito por el propio Fesser también merece una mención especial, sobre todo por el trabajo de personajes, de todas las clases, que se dan en la historia. Nos encontramos con roles muy distintos: desde sacerdotes ultraconservadores a preadolescentes con las hormonas revolucionadas. Esto no sería muy significativo si no fuese porque cada uno de ellos está perfectamente caracterizado, de manera muy natural, sin caer en los clichés y estereotipos más convencionales. Con ello consigue un gran realismo desde el punto de vista del espectador mientras que con su estilo tan repetitivo ocurre todo lo contrario.
Además es muy interesante cómo se centra especialmente en los sentimientos de la protagonista, la pobre niña que sufre los efectos de las decisiones más extremistas con el único fin de captar adeptos a la causa. Ella se debate entre la muerte, cada vez más apremiante, y su primer amor, cada vez más lejano. Los pequeños intermedios en los que podemos ver los sueños de Camino, algunos sobre tétricos arcángeles que la reclaman y otros sobre su añorado príncipe azul, son capaces de demostrarnos los sentimientos de la niña mejor que en muchos diálogos.
Cuando la película vuelve de nuevo a la realidad, volvemos a encontrarnos con el mismo mensaje durante todo el metraje, con diálogos repetitivos y escenas excesivamente dramáticas, en algunos casos exageradamente, en busca de la lágrima fácil para conmover al espectador y para hacerle partícipe de forma evidente del mensaje que quiere transmitir.
Sin embargo, como decía al principio, existen otro tipo de instrumentos con los que podría llegar más fácilmente al público sin tener que caer en esas repeticiones que terminan por conseguir el efecto contrario.


Carlos Sanz

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
joe menuda pelicula, buena pero bastante triste...
La critica empiezas con muy bien pie y terminas algo brusco y repetitivo con el ultimo parrafo.

Irene