Avatar

CALIFICACIÓN: **


FICHA TÉCNICA:
Dirección: James Cameron. Intérpretes: Sam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Michelle Rodriguez, Giovanni Ribisi. Guión: James Cameron. Fotografía: Mauro Fiore. Música: James Horner. Nacionalidad: Estados Unidos, 2009. Duración: 161 min. Género: Ciencia-Ficción.

Que actualmente nos encontremos en una de las mayores crisis económicas de la Historia contemporánea no es algo nuevo para nadie. Lo malo es que también nos encontramos en un periodo donde la mayoría de las películas, especialmente las que vienen de Hollywood, no brillan precisamente por su originalidad. A pesar de esta situación, a finales del año pasado se estrenó la película más cara de la Historia, hasta el momento, y la que está destinada a batir todos los récords de taquilla: Avatar. La última película de James Cameron puede presumir de haber conseguido todo ese dineral pese a encontrarnos en esta interminable situación económica, y también de ser la película más costosa hasta el momento, pese a que su producción comenzó antes de empezar la actual crisis.
Sin embargo hay algo de lo que no puede presumir: su originalidad. Esto no quiere decir que cada año no encontremos auténticas joyas que provienen de la Meca del cine. Ya hace años que Hollywood nos bombardea con remakes, adaptaciones literarias y más recientemente películas basadas en novelas gráficas. Es evidente que la segunda productora más grande de cine del mundo, tras Bollywood, tiene que pasar por horas bajas en cuanto a la calidad de su material, aunque nunca sobre su cantidad. Avatar es el ejemplo perfecto de esta filosofía cinematográfica: una cinta exageradamente cara que está destinada a ser un auténtico blockbuster durante años y que ha enfocado todo su esfuerzo en el apartado visual, para que el espectador se deje asombrar fácilmente sin buscar nada más allá.
Por supuesto que encontramos escenas en Avatar que nos dejarán con la boca abierta, vertiginosos picados y enormes planos generales que asombrarán al más escéptico. James Cameron tiene muy claro lo que quiere mostrar en pantalla, y ese es quizá el punto débil de la película. Sólo está interesado en sorprender al espectador con el ilusionismo digital que sólo puede conseguir un ordenador: el guión, y por lo tanto la historia, son una simple excusa para mostrarnos todos esos animales y los seres azules de tres metros. Así se suceden las espectaculares escenas pero sin ningún sentido apararente, simplemente para demostrar hasta dónde ha podido llegar Cameron con sus efectos especiales. Es verdad que actualmente no podemos compararlo con nada, no existe ninguna película que pueda presumir de esos efectos visuales, pero tampoco existe ninguna que alardeé de haber tenido ese presupuesto y lo haya desaprovechado en realizar escenas vacías.
Es realmente decepcionante encontrarnos con un director que, con la libertad tan grande con la que ha trabajado en esta película, no haya querido ir más allá y darla un sentido filosófico o incluso con unos personajes un poco más trabajados, especialmente viniendo del mismo realizador de Terminator 2. La historia se podría resumir en una revisión de Pocahontas, sólo que en vez de llegar a América, se desarrolla en otro planeta: Pandora. Las tropas estadounidenses llegan allí para "pedir amablemente" a sus habitantes que se vayan y así poder explotar los yacimientos de un metal carísimo. Además, la mayor concentración de dicho metal se encuentra, casualmente, bajo el árbol madre que adoran los enormes seres azules y que, lógicamente, no lo quieren abandonar. Así se produce el inevitable conflicto que se preveía desde el principio de la película pero que se va retrasando por los intentos de negociación de los estadounidenses. ¿Acaso alguien esperaba que funcionasen? Si hubiera sido así, Cameron se habría quedado sin sus mejores escenas de acción y la película habría tenido menos sentido aún. Todo es tan previsible que no deja lugar a la sorpresa y el espectador tiene contínuamente la sensación de que eso ya lo ha visto: ya hemos visto millones de veces esas películas donde el protagonista cree que está con los buenos pero cuando conoce a los malos se pone de su parte. Temas como los prejuicios, la toma de territorios que no son suyos por parte de los que en principio son los buenos o la ecología son temas que se han tratado hasta la saciedad en el cine norteamericano. Lo peor de todo es que Cameron los trata de una manera tan estereotipada que no despierta ninguna inquietud en el espectador, porque podemos recordar ejemplos como Wall·E (Andrew Stanton, 2008) en la que el tema de la ecología y la destrucción de la naturaleza por parte de los humanos estaba presente durante todo su discurso, pero su manera de tratarlo y la originalidad de su propuesta la convierten en una obra diferente a las demás.
Lo bueno de esta película, aparte de algunas escenas beneficiadas por el 3D, es que ha generado gran controversia tanto en el público como en la crítica especializada. No es lo mismo que una película sea unánimemente calificada como obra maestra o que por el contrario todo el mundo la rechace. Si Avatar ha despertado toda esa diversidad de opiniones es porque a cada persona le ha generado distintas sensaciones y cada uno la ha entendido a su manera, indiferentemente de que tengan razón o no. También es verdad que la mayoría de sus defensores se centran en el aspecto puramente visual y en sus efectos especiales algo que, para otras personas entre las que me incluyo, no es suficiente. Pero bueno, para gustos los colores.

Carlos Sanz

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
buena crítica ;)aun q la historia tp es tan mala :P
Irene
Karulosu ha dicho que…
Ya lo he puesto al final: para gustos los colores ;)