Precious

CALIFICACIÓN: ***


FICHA TÉCNICA:
Dirección: Lee Daniels. Intérpretes: Gabourey Sidibe, Paula Patton, Mo'Nique, Mariah Carey, Sherri Shepherd, Lenny Kravitz. Guión: Geoffrey Fletche, basado en la novela de Sapphire. Fotografía: Andrew Dunn. Música: Varios. Nacionalidad: Estados Unidos, 2009. Duración: 105 min. Género: Drama.

¿Por qué un espectador normal pagaría dinero para sufrir, o al menos para ver a otra persona sufrir?¿Acaso nos gusta el morbo de apreciar cómo otros lo pasan mal?¿O simplemente es que nos consolamos al pensar que otros se encuentran en peor situación que la nuestra? Desde luego el que vaya a ver Precious va a sentirse mal y no lo digo porque la película en si misma sea deficiente, que no es el caso, sino porque la protagonista vive unas experiencias que no se las desearíamos ni a nuestro peor enemigo. Precious es el paradigma más evidente de persona rechazada por la sociedad: afroamericana con obesidad mórbida que vive en uno de los barrios más pobres de Nueva York deseando una vida que no puede llevar a no ser que tome medidas radicales. Además ha sufrido abusos físicos por parte de su padre y contínuos abusos psicológicos por parte de la madre. Su vida no puede ser más negativa: las violaciones del padre la han provocado dos embarazos, y todo ello con tan sólo 16 años.
La crudeza de la película es un elemento que impera durante todo el metraje, con contínuos obstáculos que se presentan en el camino de la protagonista. No quiero entrar a valorar la novela en la que se basa, que no he leído pero que parece ser mucho más dura que la cinta de Daniels. A pesar de ello el filme nos expone desde el primer momento la lucha diaria que vive Precious para continuar con su vida y para llevar una existencia lo más normal posible. Esta crueldad y ensañamiento con el personaje principal recuerda a otro largometraje anterior, Princess (Anders Morgenthaler, 2006), donde una niña pequeña que siempre ha vivido su corta existencia con su madre prostituta ya ha asimilado los abusos sexuales como algo normal en su vida. Sin embargo en Precious no se llega a ese extremo: ella es consciente de que la vida que lleva no es la de una persona normal, tiene sueños y metas en la vida pero también tiene demasiado miedo como para enfrentarse a sus problemas. Además, pese a los vanos intentos de nuestra heroína en resolver sus conflictos y encontrar una solución a sus problemas, los obstáculos no dejan de sucederse en lo que se convierte una monotonía narrativa, prácticamente sin dejar lugar a la sorpresa ya que el espectador acaba pensando que si algo puede irla mal, la irá peor. Es por esto que en las primeras escenas, donde el espectador ya puede entender que la cinta no va a ser nada alegre, todavía impactan por la crudeza de su exposición, pero en el resto del metraje no va más allá, ya sea porque no lo intenta o porque la historia tampoco se lo permite. También está claro que desde el comienzo sólo pueden existir dos finales posibles, por lo que no deja demasiado lugar a la sorpresa.
Pese a que no hay un trabajo narrativo demasiado trabajado, si podemos encontrar unos personajes más elaborados, aunque el guión tampoco explota todas las posibilidades que le ofrece la historia. Puesto que todo el argumento gira en torno a Precious, ella sí que está perfectamente delimitada, con una psicología compleja puesto que se ha visto obligada a vivir situaciones nada agradables y porque contínuamente está sufriendo los descalificativos de su madre. Gabourey Sidibe realiza un papel más que digno, especialmente para una debutante, y sobre todo porque no era nada fácil interpretar a un personaje así. Sin embargo, en el duelo que se da entre ella y su madre, claramente sale victoriosa su progenitora, interpretada por Mo'Nique. Ellas dos realizan los papeles más complejos de la cinta y los únicos verdaderamente trabajados, porque el resto no dejan de ser meros estereotipos que no interfieren significativamente en la situación de Precious. Está claro que algunos de ellos la ayudan a tomar decisiones o la acompañan en sus momentos más bajos, pero eso no quiere decir que gracias a ese personaje el camino que recorre la protagonista sea distinto al que habría vivido sin ellos.
Mo'Nique realiza un papel realmente bueno, sobre todo porque no interpreta a un personaje con el que el espectador se pueda indentificar (aunque habrá gente que lo haga) o que despierte la simpatía del público, sino todo lo contrario: desde el primer momento en el que aparece nos podemos dar cuenta de que la penosa situación en la que se encuentra Precious es debida, principalmente, a la madre y a su pasividad ante los abusos del padre, a los que posteriormente se une. El monólogo final de la madre, donde narra los primeros abusos que realizó su marido a la niña, delante de la propia Precious y de la asistente social intepretada por Mariah Carey, no puede dejar indiferente a nadie. Y no es sólo por lo bien que lo hace la actriz, sino por los hechos que cuenta y los cambios emocionales que sufre durante la narración. Es una escena que pone los pelos de punta a cualquiera.
En cuanto al director, nos muestra cómo la protagonista ha llegado a convivir con sus miedos y cómo consigue evadirse de la realidad para conseguir unos momentos de paz que la permiten evitar la locura. En la novela no aparecen estas situaciones que nos introducen en la mente de Precious, con ellas el director intenta hacernos más llevadera esa vida tan pesimista y llena de obstáculos de la protagonista, para que el espectador no salga deprimido de la sala. A esto también ayuda significativamente el mensaje tan positivo que desprende la película, especialmente con su final.
Pese a las numerosas adversidades que sufre Precious, de las que parece que nunca se va a poder recuperar, ella nunca tira la toalla y continúa luchando por sus sueños y por cumplir las metas que se propone. Desde luego el espectador vivirá con ella sus malas experiencias y sufrirá al igual que la protagonista, pero esa mentalidad optimista que tiene también nos influye y nos hará plantearnos que si ella puede, cualquiera puede.

Carlos Sanz

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