Azur & Asmar

CALIFICACIÓN: ****


FICHA TÉCNICA:
Dirección: Michel Ocelot. Intérpretes: Cyril Mourali, Karim M'Riba, Hiam Abbass, Patrick Timsit, Fatma Ben Khell. Guión: Michel Ocelot. Música: Gabriel Yared. Nacionalidad: Francia, 2006. Duración: 99 min. Género: Fantástico, Animación.

Michel Ocelot se dio a conocer mundialmente en 1998, cuando estrenó Kirikú Y La Bruja. Anteriormente sus trabajos se reducían a series de televisión, un medio mucho más propicio para la animación por su variedad de temáticas y sus menores costes de producción comparados con un largometraje. Con Kirikú ya podíamos adivinar que Ocelot no estaba interesado, ni influenciado, por los dos grandes centros mundiales de animación: Estados Unidos y Japón. Su técnica es mucho más tosca, más teatral (en el sentido de la frontalidad de los personajes y de los escenarios, casi procedente de un juego de plataformas al estilo Mario) pero se subordina a un detallismo artesanal, muy metódico y elaborado.
Ocelot ha declarado que le costó 6 años realizar la película que nos ocupa, Azur & Asmar. Al ver alguno de los numerosos detalles que pueblan la película podemos entender el porqué. Las imágenes están repletas de ornamentos, elementos decorativos, paisajes exóticos y todo ello con una predilección por el color que pocos autores son capaces de conseguir. Puesto que la mayoría de la historia se desarrolla en el norte de África, Ocelot lo utiliza para plasmar todas esas elaboradísimas decoraciones geométricas de una manera magistarla.
Antes he comentado que la técnica de la animación era algo tosca comparándola con la nipona o la norteamericana. Pese a estar realizada por ordenador, su estética es muy distinta a cualquier película de animación corriente. Las únicas influencias que se pueden observar, a nivel visual, son de obras anteriores del propio Ocelot como la ya nombrada Kirikú. Ese estilo tan particular es lo que atrae directamente al espectador y su historia es lo que le lleva a continuar sentado ante la pantalla.
Hay que aclarar que el argumento tampoco destaca por su elaboración. Es una referencia directa a los clásicos cuentos infantiles donde el héroe sueña con alcanzar una meta desde niño, aunque pueda parecer algo imposible, pero que con mucho esfuerzo y superando los numerosos obstáculos, al final lo consigue. Esta historia del protagonista que consigue triunfar ante las adversidades y que al final se queda con la chica no es para nada algo novedoso. La hemos visto de todas las formas y maneras posibles y creemos que no nos podrá sorprender otra historia más. Sin embargo el director francés aporta algunas novedades que, cuanto menos, resultan muy interesantes y atractivas dentro de la narración. Una de ellas es introducir un doble héroe: la historia no gira en torno a un protagonista único, el que en principio conseguirá a la chica cuando supere todos los obstáculos. Aquí la carrera se produce entre dos hermanos, los dos con idéntico objetivo aunque sólo uno de ellos puede ser el vencedor. Esto es algo que quizá al espectador le produzca cierta incertidumbre al no saber cuál de los dos será el vencedor. Sin embargo, tal y como se desarrolla la película, también es lógico pensar que ninguno de ellos perderá.
Otro punto interesante es la dualidad que puebla toda la película. Partiendo de los dos hermanos que quieren conseguir al Hada de Djinns e incluso el propio título de la película Azur & Asmar, se narran dos historias paralelas entre lo que le ocurre a cada uno, aunque centrándose sobre todo en la odisea de Azur, que en principio pueden partir de puntos distintos pero que poco a poco va acercando sus posturas y entrecruzando sus peripecias.
En esta dualidad entre los dos hermanos, uno rico y uno pobre, sus dos culturas, sus dos países, es donde está la verdadera intención de Ocelot con esta película. Temas como el racismo, la inmigración, la marginación o el materialismo de la sociedad son constantes durante el metraje, algunas tratadas con mayor profundidad que otras. Este tipo de recursos también los utilizaba en Kirikú, ambientado en una tribu africana y en un niño que cree poder acabar con la bruja para liberar a sus semejantes. Dentro de la simplicidad de la presentación, al menos en cuento al juego de planos o a la técnica de la animación, se esconden temas complejos y muy maduros que demuestran la gran libertad que da la animación a sus autores para conseguir contar cualquier tipo de historia, tanto real como ficticia.
Michel Ocelot lo sabe y ha sabido explotarlo no sólo en esta Azur & Asmar, sino también en sus obras anteriores.

Carlos Sanz

Comentarios