Seguimos con la semana de los Oscar, que en el ámbito de los cortos la ventaja que tiene es que después de los premios se van publicando todos poco a poco gratuitamente. Hoy le toca el turno al ganador del premio a Mejor Cortometraje de Animación, que recayó en Bear Story, del chileno Gabriel Osorio Vargas. Destacar que este es el primer Oscar que recibe Chile, aunque no la primera nominación ya que Pablo Larrain ya llevó a su película No a la candidatura a Mejor Película de Habla no Inglesa.
En cuanto al corto, está realizado con animación digital, aunque se produce una ironía bastante común en el uso de esta tecnologia. Y es que dentro del corto, encontramos otra historia, que es la que concentra la mayor parte de la duración, que está realizada mediante objetos artesanales: clavijas, hojalata y engranajes. Por ello resulta bastante curioso encontrar que algo que llama la atención por su rudimentalidad y su evocación de arte hecho a mano, haga uso de ordenadores para darle vida.
La propia historia, por otra parte, es bastante simplona, quizá demasiado sensiblera en el hecho de que busca llamar la atención del espectador con su simplicidad. Está basada en la vida del abuelo del director, que tuvo que exiliarse a Inglaterra durante 10 años tras pasar dos en prisión después del golpe de estado de Pinochet. Una historia cruda que aquí se suaviza utilizando muñecos de hojalata y osos como protagonistas.
Personalmente me pareció una sorpresa que este corto fuese el galardonado en los Oscar ya que había dos favoritos por delante de él. Por un lado estaba We Can't Live Without Cosmos de Konstantin Bronzit, que narra la historia de dos amigos astronautas que deben entrenarse para realizar la misión que les han encomendado, y que ya se llevó el premio en el Festival Annecy. Y por otro estaba World of Tomorrow de Don Hertzfeldt, un director diferente que trabaja con una animación más experimental que narrativa, pero siempre innovando. Sin embargo, como aún no se han publicado estos cortos, tendremos que fiarnos de la decisión de la Academia de momento.
En cuanto al corto, está realizado con animación digital, aunque se produce una ironía bastante común en el uso de esta tecnologia. Y es que dentro del corto, encontramos otra historia, que es la que concentra la mayor parte de la duración, que está realizada mediante objetos artesanales: clavijas, hojalata y engranajes. Por ello resulta bastante curioso encontrar que algo que llama la atención por su rudimentalidad y su evocación de arte hecho a mano, haga uso de ordenadores para darle vida.
La propia historia, por otra parte, es bastante simplona, quizá demasiado sensiblera en el hecho de que busca llamar la atención del espectador con su simplicidad. Está basada en la vida del abuelo del director, que tuvo que exiliarse a Inglaterra durante 10 años tras pasar dos en prisión después del golpe de estado de Pinochet. Una historia cruda que aquí se suaviza utilizando muñecos de hojalata y osos como protagonistas.
Personalmente me pareció una sorpresa que este corto fuese el galardonado en los Oscar ya que había dos favoritos por delante de él. Por un lado estaba We Can't Live Without Cosmos de Konstantin Bronzit, que narra la historia de dos amigos astronautas que deben entrenarse para realizar la misión que les han encomendado, y que ya se llevó el premio en el Festival Annecy. Y por otro estaba World of Tomorrow de Don Hertzfeldt, un director diferente que trabaja con una animación más experimental que narrativa, pero siempre innovando. Sin embargo, como aún no se han publicado estos cortos, tendremos que fiarnos de la decisión de la Academia de momento.
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