CALIFICACIÓN: ***
Es un punto interesante observar dónde los creadores de una película deciden comenzar su historia. Hay que tener muchos factores en cuenta para que se producta ese primer contacto del espectador con la trama de manera satisfactoria, por lo que tiene que ser algo muy introductorio pero a la vez muy revelador de lo que se quiere contar. Y por supuesto cada autor tiene una manera de introducirnos en su historia, algunas más efectivas que otras.
En el caso de Midnight Special, Jeff Nichols, que también firma el guión, no tiene ninguna intención de ponernos en situación, de generar una ambientación general en la que nos podamos situar y a partir de la cual desarrollar la acción, sino que desde el primer minuto entra en materia de manera frenética, y el resto del metraje se utiliza para generar esa ambientación. También es una manera válida de comenzar una película, y si su historia es tan frenética como la que nos ocupa, donde los protagonistas están en un continuo viaje de huída, quizá sea la más apropiada también. Así el espectador entra en ese juego estresante desde el primer minuto.
Sin embargo este punto de partida tan arriesgado también tiene consecuencias que se pueden solventar durante el resto del metraje, pero esto no es lo que ocurre en Midnight Special. Podríamos decir que la película comienza en la mitad de la historia de los personajes, cuando el padre interpretado por Michael Shannon junto a su amigo de la infancia, ya han rescatado a su particular hijo de las garras de una secta que utilizaba al pequeño como una especie de profeta. Claro que al principio no sabemos nada de esto, sino que esta información se expone poco a poco durante el metraje.
El hecho de que sea esta la manera de desvelar al espectador los entresijos de la trama, es muy interesante ya que no sólo conocemos lo que está ocurriendo en ese instante, sino también lo que ha sucedido ya y que deberíamos saber para entender lo que está sucediendo después. Desgraciadamente en esta película hay numerosos detalles que no se desvelan, y que se dan a entender de forma inverosímil, lo que chirría demasiado con el resto del conjunto. Parece que el autor está tan confiado en la calidad de su historia, en lo complejo del conjunto, que hay elementos relativamente importantes que simplemente pasa por alto y deja sin definir.
Pese a esto, el hecho de que la historia se vaya desvelando poco a poco es lo más interesante de la película, puesto que suceden hechos impactantes, con grandes efectos visuales, y el espectador desconoce completamente el cómo y el porqué, como la escena de la gasolinera. Aparte de esto Nichols vuelve a tirar del mismo protagonista y de una temática similar a su segundo largometraje, Take Shelter (2011), que había abandonado en su última película Mud (2012). Esta vuelta a los aspectos sobrenaturales y apocalípticos, y cómo condicionan la vida del ser humano vuelven a ser retomados en Midnight Special, aunque en este caso desde un punto de vista relativamente más optimisma.
Desde luego es una película muy interesante, y que esté constantemente jugando con el espectador y con la información que desvela la hacen más interesante aún. Sin embargo no se trata ni mucho menos de un conjunto redondo, ya que su autocomplaciencia lastra demasiado la historia y eso provoca que el espectador no disfrute tanto de ella como debería.
FICHA TÉCNICA:
Director: Jeff Nichols. Intérpretes:
Michael Shannon,
Joel Edgerton,
Kirsten Dunst,
Adam Driver,
Sam Shepard,
Paul Sparks,
David Jensen. Fotografía: Adam Stone. Música: David Wingo. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 111 min. Género: Ciencia Ficción, Drama.Es un punto interesante observar dónde los creadores de una película deciden comenzar su historia. Hay que tener muchos factores en cuenta para que se producta ese primer contacto del espectador con la trama de manera satisfactoria, por lo que tiene que ser algo muy introductorio pero a la vez muy revelador de lo que se quiere contar. Y por supuesto cada autor tiene una manera de introducirnos en su historia, algunas más efectivas que otras.
En el caso de Midnight Special, Jeff Nichols, que también firma el guión, no tiene ninguna intención de ponernos en situación, de generar una ambientación general en la que nos podamos situar y a partir de la cual desarrollar la acción, sino que desde el primer minuto entra en materia de manera frenética, y el resto del metraje se utiliza para generar esa ambientación. También es una manera válida de comenzar una película, y si su historia es tan frenética como la que nos ocupa, donde los protagonistas están en un continuo viaje de huída, quizá sea la más apropiada también. Así el espectador entra en ese juego estresante desde el primer minuto.
Sin embargo este punto de partida tan arriesgado también tiene consecuencias que se pueden solventar durante el resto del metraje, pero esto no es lo que ocurre en Midnight Special. Podríamos decir que la película comienza en la mitad de la historia de los personajes, cuando el padre interpretado por Michael Shannon junto a su amigo de la infancia, ya han rescatado a su particular hijo de las garras de una secta que utilizaba al pequeño como una especie de profeta. Claro que al principio no sabemos nada de esto, sino que esta información se expone poco a poco durante el metraje.
El hecho de que sea esta la manera de desvelar al espectador los entresijos de la trama, es muy interesante ya que no sólo conocemos lo que está ocurriendo en ese instante, sino también lo que ha sucedido ya y que deberíamos saber para entender lo que está sucediendo después. Desgraciadamente en esta película hay numerosos detalles que no se desvelan, y que se dan a entender de forma inverosímil, lo que chirría demasiado con el resto del conjunto. Parece que el autor está tan confiado en la calidad de su historia, en lo complejo del conjunto, que hay elementos relativamente importantes que simplemente pasa por alto y deja sin definir.
Pese a esto, el hecho de que la historia se vaya desvelando poco a poco es lo más interesante de la película, puesto que suceden hechos impactantes, con grandes efectos visuales, y el espectador desconoce completamente el cómo y el porqué, como la escena de la gasolinera. Aparte de esto Nichols vuelve a tirar del mismo protagonista y de una temática similar a su segundo largometraje, Take Shelter (2011), que había abandonado en su última película Mud (2012). Esta vuelta a los aspectos sobrenaturales y apocalípticos, y cómo condicionan la vida del ser humano vuelven a ser retomados en Midnight Special, aunque en este caso desde un punto de vista relativamente más optimisma.
Desde luego es una película muy interesante, y que esté constantemente jugando con el espectador y con la información que desvela la hacen más interesante aún. Sin embargo no se trata ni mucho menos de un conjunto redondo, ya que su autocomplaciencia lastra demasiado la historia y eso provoca que el espectador no disfrute tanto de ella como debería.
Carlos Sanz
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