CALIFICACIÓN: **
Parece que el género de terror se ha dividido actualmente entre dos líneas estilísticas diferenciadas: por una parte está la del terror psicológico, más orientado a transmitir una sensación de agobio y desasosiego mediante pequeñas pinceladas y con un ritmo muy lento. En este caso, se utilizan entes paranormales, espírutos o posesiones como epicentro para conseguir estas sensaciones, ya que lo sobrenatural siempre ha sido algo que nos ha despertado curiosidad pero a la vez temor.
Por otra parte está el terror que se podría calificar como más crudo: más visual, directo, cin nungún pudor en mostrar momentos violentos y escatológicos. De hecho se regodea en estas situaciones y cada nueva obra pretende dar una nueva vuelta de tuerca a lo que se ha hecho antes, buscando la originalidad pero a la vez impactar en el espectador con imágenes que le hagan sentir incómido. Estas películas tienen el mayor porcentaje de sangre por centímetro de metraje, algo en lo que no escatiman.
En este segundo grupo se engloba la película que nos ocupa hoy, Excision, la ópera prima de Richard Bates Jr. basada en su corto homónimo. En ella encontraremos muchos litros de sangre, y algunos momentos bastante desagradables, intentanto impactar en el espectador para crear esa sensación de película única, de imágenes que nadie se atrevería a mostrar en pantalla. Así como A Serbian Film o The Human Centipede en su día buscaban alejarse de los estándares del cine no ya de terror, sino de cine en general, y eliminar todos los tabús de la sociedad en una misma obra, Excision también lo busca.
Hay que aclarar que ésta es mucho más comedida que las dos anteriores, pero las tres tienen algo en común: el sinsentido del conjunto. Personalmente no me encuentro en contra de que imágenes explícitas e impactantes sean el punto en torno al cual gira toda la obra (ahí tenemos por ejemplo Taxidermia de György Pálfi). Sin embargo todo ello debería hacerse con un sentido, con la búsqueda de algo más aparte de las imágenes que se nos quieren mostrar, y sobre todo con un sólido trabajo de guión que no deje de lado la historia ni los personajes.
Aquí no sólo se deja de lado sino que se olvida completamente, parece algo secundario para el director. La búsqueda de verosimilitud de la historia de la protagonista, es completamente infructuosa, terriblemente banal. No son situaciones ni reacciones de los personajes que parezcan naturales, por lo que no son creíbles, y esta falta de realismo que se une a una puesta en escena más naturalista, chocan frontalmente y derrumban el conjunto.
Los intentos de añadir grandes iconos como personajes secundarios, como John Waters o Malcolm McDowell, sobre todo en los primeros momentos, parece que van a ayudar a resucitar un poco la película, pero poco a poco nos damos cuenta de que eso no ocurrirá. Y no sólo eso, sino que según transcurran los minutos irá a peor.
En resumen, una película que llamará mucho la atención de sus imágenes, que por otra parte están muy cuidadas, pero que de nuevo nos dejará una película de terror donde destaca más el continente que su vacío contenido. Es una pena que un género tan prolífico haya sido tan maltratado por muchos directores, y que a día de hoy nos encontremos con una larga filmografía de películas de terror donde la mayoría de ellas son bastante prescindibles. No creo que eso ocurra en ningún otro género actual.
FICHA TÉCNICA:
Director: Richard Bates Jr.. Intérpretes:
AnnaLynne McCord,
Traci Lords,
Ariel Winter,
Roger Bart,
Jeremy Sumpter,
John Waters,
Malcolm McDowell,
Marlee Matlin,
Matthew Gray Gubler. Guión: Richard Bates Jr. Fotografía: Itay Gross. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 81 min. Género: Terror.Parece que el género de terror se ha dividido actualmente entre dos líneas estilísticas diferenciadas: por una parte está la del terror psicológico, más orientado a transmitir una sensación de agobio y desasosiego mediante pequeñas pinceladas y con un ritmo muy lento. En este caso, se utilizan entes paranormales, espírutos o posesiones como epicentro para conseguir estas sensaciones, ya que lo sobrenatural siempre ha sido algo que nos ha despertado curiosidad pero a la vez temor.
Por otra parte está el terror que se podría calificar como más crudo: más visual, directo, cin nungún pudor en mostrar momentos violentos y escatológicos. De hecho se regodea en estas situaciones y cada nueva obra pretende dar una nueva vuelta de tuerca a lo que se ha hecho antes, buscando la originalidad pero a la vez impactar en el espectador con imágenes que le hagan sentir incómido. Estas películas tienen el mayor porcentaje de sangre por centímetro de metraje, algo en lo que no escatiman.
En este segundo grupo se engloba la película que nos ocupa hoy, Excision, la ópera prima de Richard Bates Jr. basada en su corto homónimo. En ella encontraremos muchos litros de sangre, y algunos momentos bastante desagradables, intentanto impactar en el espectador para crear esa sensación de película única, de imágenes que nadie se atrevería a mostrar en pantalla. Así como A Serbian Film o The Human Centipede en su día buscaban alejarse de los estándares del cine no ya de terror, sino de cine en general, y eliminar todos los tabús de la sociedad en una misma obra, Excision también lo busca.
Hay que aclarar que ésta es mucho más comedida que las dos anteriores, pero las tres tienen algo en común: el sinsentido del conjunto. Personalmente no me encuentro en contra de que imágenes explícitas e impactantes sean el punto en torno al cual gira toda la obra (ahí tenemos por ejemplo Taxidermia de György Pálfi). Sin embargo todo ello debería hacerse con un sentido, con la búsqueda de algo más aparte de las imágenes que se nos quieren mostrar, y sobre todo con un sólido trabajo de guión que no deje de lado la historia ni los personajes.
Aquí no sólo se deja de lado sino que se olvida completamente, parece algo secundario para el director. La búsqueda de verosimilitud de la historia de la protagonista, es completamente infructuosa, terriblemente banal. No son situaciones ni reacciones de los personajes que parezcan naturales, por lo que no son creíbles, y esta falta de realismo que se une a una puesta en escena más naturalista, chocan frontalmente y derrumban el conjunto.
Los intentos de añadir grandes iconos como personajes secundarios, como John Waters o Malcolm McDowell, sobre todo en los primeros momentos, parece que van a ayudar a resucitar un poco la película, pero poco a poco nos damos cuenta de que eso no ocurrirá. Y no sólo eso, sino que según transcurran los minutos irá a peor.
En resumen, una película que llamará mucho la atención de sus imágenes, que por otra parte están muy cuidadas, pero que de nuevo nos dejará una película de terror donde destaca más el continente que su vacío contenido. Es una pena que un género tan prolífico haya sido tan maltratado por muchos directores, y que a día de hoy nos encontremos con una larga filmografía de películas de terror donde la mayoría de ellas son bastante prescindibles. No creo que eso ocurra en ningún otro género actual.
Carlos Sanz
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