Sully

CALIFICACIÓN: ***


FICHA TÉCNICA:
Director: Clint Eastwood. Intérpretes: Tom Hanks, Aaron Eckhart, Laura Linney, Anna Gunn, Autumn Reeser, Sam Huntington, Jerry Ferrara, Jeff Kober, Chris Bauer, Holt McCallany, Carla Shinall. Guión: Todd Komarnicki. Fotografía: Tom Stern. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 96 min. Género Drama.

Parece que Clint Eastwood le ha cogido el gusto a eso de las historias basadas en hechos reales. Desde la gran dupla que formaron Flags of Our Fathers y Letters from Iwo Jima (2006) hasta la que nos ocupa hoy, el director ha realizado más películas basadas en historias reales que obras de ficción. Entre ellas se cuentan Changeling (2008), Invictus (2009) o American Sniper (2014) entre otras, por lo que se confirma que el director parece más conforme con personajes de la realidad que con unos inventados.

Esto no es por si mismo algo negativo, pero desde luego condiciona la propuesta al tener que contar con algunos elementos que caracterizan este tipo de historias. Uno de ellos es que las películas basadas en historias reales suelen estar realizadas para enaltecer la vertiente heroica del protagonista. Suelen ser películas donde el personaje central vive alguna situación extrema que en el último momento consigue salvar y así justifica la adaptación. Eso por lo general, aunque por supuesto hay excepciones.
 


Sin embargo, Sully no lo es, y no hace falta conocer la historia real en la que está basada para imaginarnos qué es lo que ocurre en ella. A pesar de esto, en la película no se intentan agregar elementos que puedan sorprender al espectador o que puedan aportar algo diferente tanto para los conocedores de la historia como para los neófitos, sino que se limita a narrar los hechos que ocurrieron. En estos casos es cuando cobran más valor películas como Flight (2012) de Robert Zemeckis, donde los elementos que no se conocen o que se muestran más ambiguos de la historia son los que obtienen mayor protagonismo.

En el caso de Sully todo esto desaparece: no hay elementos sorpresa, no hay giros de guión, y no hay ninguna escena en la que el espectador se sienta fuera del discurso predeterminado. Todo ocurre de una forma terriblemente plana y narrado con una enorme simpleza. Para intentar dotarla de algo novedoso se realizan un tipo de escenas de punto de vista, donde se narran los mismos momentos de la historia pero condicionados por el punto de vista del narrador (algo que ya está bastante utilizado en el cine). Esto podría aportar algo de frescura e identidad a la película pero al final se queda en una herramienta que pasa sin pena ni gloria.




Pero también hay que reconocer que Sully no es una mala película. Y el motivo principal de que esto sea así es Clint Eastwood. El director ha conseguido refinar tanto su estilo, lo ha convertido en un vehículo tan eficiente para hacer películas que consigue sacar petróleo de un guión tremendamente plano, una historia sosa y corta, y un elenco de actores que desgraciadamente no están en su mejor momento. Pero aun así, sorprendentemente, consigue salvar el conjunto.

Pese a lo corto de la narración, y a lo que se podría haber conseguido en manos de otro director, la película al final es muy elegante y efectiva. Podría haber dado la sensación de que es una historia que se alarga demasiado, que se estira para conseguir llegar a esa hora y media de metraje, pero Eastwood lo hace de una manera en la que las piezas encajan muy bien unas con otras y sin bajar el ritmo. Este ritmo narrativo que consigue mantener es lo que consigue que el espectador no pierda interés en la historia a mitad de metraje.

Pese a esto, es inevitable pensar que Sully es de ese tipo de historias que cuando ocurren en la realidad en seguida se piensa en hacer una película sobre ella, pero que cuando llega el momento de verla en pantalla pierde mucha intensidad y se convierte en una historia que no tiene tanto material como para una adaptación. Y desgraciadamente, tras verla se confirma.

Carlos Sanz

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