Don't Breathe

CALIFICACIÓN: ****


FICHA TÉCNICA:
Director: Fede Álvarez. Intérpretes: Jane Levy, Dylan Minnette, Stephen Lang, Daniel Zovatto, Sergej Onopko, Jane May Graves, Jon Donahue, Katia Bokor, Christian Zagia, Emma Bercovici. Guión: Fede Álvarez & Rodo Sayagues. Fotografía: Pedro Luque. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 88 min. Género: Suspense, Terror.

El género de terror históricamente siempre ha estado muy infravalorado. Ha sido tratado más de un género efectista y puramente visual, buscando la impresión y el impacto en el espectador pero sin un trabajo elaborado detrás, lo que no siempre ha sido así. Es verdad que en general han sido películas que con poco presupuesto han conseguido grandes recaudaciones como The Blair Witch Project (1999) ya que sí que suelen ser bien recibidas y apoyadas por el público.

Pero lo que han demostrado este tipo de películas a lo largo de la historia del cine es que cuanto mayor son las dificultades de producción que se encuentran, mayores son los resultados obtenidos. Sus creadores en general han sabido sobreponerse a los escasos recursos para legarnos películas memorables como ocurrió por ejemplo con algunos de los clásicos del género como
The Texas Chain Saw Massacre (1974) o Evil Dead (1981). Películas que demostraron que en el género de terror no se necesitan grandes presupuestos para hacer buenas obras.




Y con Don't Breathe ocurre algo similar. En este caso no es el tema de presupuesto el que jugaba en contra de la cinta, puesto que el director contaba con casi 10 millones de dólares para hacerla. Pero sí que ha demostrado que no necesita de grandes alardes técnicos ni escenarios o planos enrevesados para conseguir una experiencia efectiva. En este caso, la gran mayoría del metraje ocurre dentro de una casa, y todo ello con cuatro personas y un perro. A Fede Álvarez no le ha hecho falta más para conseguir atraparnos y hacernos pasar más de una hora de tensión frente a la pantalla.

Porque si de algo puede presumir la cinta es de mantener el ritmo durante todo el metraje. Tras una breve introducción, donde se hace la típica presentación de personajes, no hace falta perder más el tiempo y comienza el frenético espectáculo que durará hasta casi el final. Esto en algunas ocasiones puede ser contraproducente ya que puede ser demasiado intenso para el espectador, que puede sentirse abrumado ante la falta de respiro, ante un cambio de ritmo que en ocasiones se torna necesario para poder mantener la atención en la película.

Sin embargo aquí se mantiene en todo momento al límite de esa sensación: sin decaer pero a la vez sin sobrepasarse, con un perfecto equilibrio que nos absorve y no permite retirar la mirada de la pantalla. Y podría parecer que la historia, la ambientación, el escenario y el reparto no puede dar tanto de si como para conseguir este nivel durante más de una hora. Sin embargo el argumento, aun sin ser nada excesivamente original, está muy optimizado y explotado en numerosas vías, lo que da mucho juego durante la película.


Pero aparte del propio argumento de la película, la verdadera intención del director es experimentar con sensaciones y emociones que transmitir y de las que inevitablemente nos sentimos contagiados. Juega con la moralidad de la situación: la ilegalidad de las acciones de los protagonistas por contra de la "víctima" a la que pretende robar y que resulta ser un lobo disfrazado de cordero. En ese momento se cambian las tornas y el cazador pasa a ser cazado, algo que durante el metraje va dando continuos vuelcos. 

Aparte de esto, el director nos demuestra que un simple condicionamiento como es que la víctima sea ciega, puede cambiar completamente todo el espectáculo y la acción. A raíz de esto genera numerosas escenas diferentes e inesperadas, soprendentes y precisas, que dan mucho valor al conjunto y sobre todo le dotan de un aire individualizado.

Desde luego la carrera de Fede Álvarez a día de hoy parece demasiado meteórica, pero por otra parte ha conseguido regalarnos una gran película con mucho estilo que esperemos que no se quede en éxito de un día. Esperemos que no se convierta en un nuevo Alexandre Aja, que nos hiptonizó con algunas de sus primeras obras pero que luego no ha sabido mantener la calidad en sus trabajos, ni siquiera su identidad. Ojalá este sea el punto de partida de una extensa carrera para el director uruguayo en un género que por otra parte está muy necesitado de ideas nuevas.

Carlos Sanz

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