Arrival

CALIFICACIÓN: *****


FICHA TÉCNICA:
Director: Denis Villeneuve. Intérpretes: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg, Mark O'Brien, Tzi Ma, Nathaly Thibault, Pat Kiely, Joe Cobden, Julian Casey, Larry Day. Guión: Eric Heisserer. Fotografía: Bradford Young. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 116 min. Género: Ciencia Ficción, Drama.

El contacto entre seres humanos y extraterrestres ha sido y seguirá siendo uno de los principales temas utilizados en el cine de ciencia ficción. Se ha enfocado desde numerosos puntos de vista, la mayoría de ellos casi apocalípticos como en The Day the Earth Stood Still (1951) o en The War of the Worlds (1953), con sus respectivos remakes. Aunque también están las versiones más light o cómicas como es el caso del clásico E.T. the Extra-Terrestrial (1982). 

Afortunadamente en estos últimos años, y todo hay que reconocerlo gracias a las adaptaciones literarias, están apareciendo una serie de películas que explotan el que posiblemente sea el género con más futuro del cine, y no sólo tratando temas de contacto con extraterrestres. Así tenemos obras como
Edge of Tomorrow basada en el manga de Hiroshi Sakurazaka o la gran Predestination basada en el relato de Robert A. Heinlei. Sin embargo el subgénero de los aliens todavía tenía mucho que decir y ahí estaba Ted Chiang con su relato para contárnoslo y Denis Villeneuve para llevarlo de manera magistral a la gran pantalla.


Porque aunque la película trate de la llegada propiamente dicha de una civilización extraterrestre a la Tierra, en verdad de lo que habla es de la comunicación, de la transmisión de información entre dos seres vivos con diferentes culturas y lenguas. Esta sería la base de cualquier película de este tipo: cómo los seres humanos tan teóricamente retrasados en cuanto a inteligencia y tecnología pueden comunicarse con esos seres, una idea que en muchas películas de este tipo se pasa por alto. Otras ya trataron este tema en algún punto de su metraje, como Spielberg en su Close Encounters of the Third Kind (1977), pero en Arrival se hace de una manera mucho más científica y podríamos decir que incluso realista.

Esto es algo que busca (y consigue) Villeneuve desde el primer momento: generar una situación hipotética y ficticia de la manera más realista posible, de forma que podamos imaginar que se puede dar realmente y que todo lo que sucede es algo factible. Tanto la presentación de los personajes como el desarrollo de los acontecimientos se realiza de manera muy elegante, sin alardes, sin exagerar esa información, pero a la vez absorbiéndonos desde el primer momento. Es un estilo que ha desarrollado el director desde hace años y que aquí alcanza su punto culmen.


Esta es una de las cosas con las que siempre juega en contra la ciencia ficción con respecto a otros géneros: su planteamiento suele estar tan alejado de la realidad que es más difícil captar la atención del espectador y hacerle más verosímil lo que ve en pantalla. Por eso si el director consigue desde el primer momento romper esa barrera temática para así poder desarrollar la narración sin que nos choque lo que vemos más allá de lo sorprendente de la historia.

Y para ello el guión realiza un gran trabajo de personajes. El breve prólogo de presentación podría estar sacado de cualquier otro drama cinematográfico sobre una madre perdiendo a su hija por una grave enfermedad. No hay una introducción como suele existir en este tipo de películas donde desde el primer momento queda claro que estamos viendo una obra de ciencia ficción. Aquí lo primero que interesa son los personajes y sus motivaciones, y eso es lo que pone Villeneuve por delante.


Y así será durante el resto del metraje, porque aunque Amy Adams acapara el protagonismo absoluto, también hay un gran trabajo de los secundarios, de sus condicionantes en la historia y de sus diferentes objetivos. Está subtrama introspectiva sobre los sentimientos de la protagonista está muy presente durante todo el metraje, recordándola en momentos clave pero sin dejar a un lado la parte científica. Este también es otro de los grandes logros de la película: como consigue un perfecto equilibrio entre los momentos más introspectivos de los personajes con la pura ciencia ficción y las escenas donde los extraterrestres cobran más protagonismo.

Por otra parte, la película esconde unas cuantas sorpresas en su metraje que siempre son de agradecer. Aunque son de este tipo de giros de guión que nos condicionan un segundo visionado, pero muy disfrutables y sorprendentes en el momento que suceden. Todo ello nos deja una obra más que redonda de ciencia ficción, de las mejores que se han hecho en los últimos años por lo original del planteamiento y lo cuidado de su ejecución. Es curioso pensar cómo hay tantos detalles que podrían haber salido mal y haber arruinado el conjunto y cómo Denis Villeneuve ha salvado todos ellos para sumar otra grandísima obra a su filmografía.


Carlos Sanz

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