La Tortuga Roja

CALIFICACIÓN: ****½


FICHA TÉCNICA:
Director: Michael Dudok de Wit. Intérpretes: Sin diálogos. Guión: Michael Dudok de Wit & Pascale Ferran. Música: Laurent Perez del Mar. Nacionalidad: Francia-Japón. Duración: 80 min. Género: Aventuras, Drama.
 
Que una obra animada tuya impresione al mismísimo Hayao Miyazaki no es algo que esté al alcance de muchos animadores actualmente. Eso es lo que ocurrió en el año 2000 cuando Michael Dudok de Wit presentó su corto Father and Daughter, que también obtuvo el reconocimiento de la Academia del Cine Estadounidense concediéndole el Oscar. Entonces el director holandés llamó la atención del maestro nipón y esta relación de respeto y admiración mutuas por fin se ha visto consumada con su primer largometraje, La Tortuga Roja.

Hay que aclarar que Miyazaki no ha tomado parte directamente en la producción de esta película, sino que ha sido el Studio Ghibli el que ha ayudado con la producción, especialmente Toshio Suzuki. Sin embargo la calidad, el mimo y sobre todo la belleza de cada plano de la película parece que la película haya salido directamente de la factoría japonesa. El cuidado que se muestra en el dibujo, especialmente en los planos generales donde se destacan los elementos naturales de la isla desierta donde el protagonista naufraga, podrían extraerse de la propia película y seguirían siendo grandes ejemplos de lo que puede hacer un buen artista con un pincel.



En los primeros momentos la película destaca por estos elementos: por el impacto visual que produce en el espectador, por la sutileza de los movimientos del personaje, por los grandes y detallados, a la vez que expresivos, escenarios donde se desarrolla la acción, y por lo cuidado del sonido. Todos estos ingredientes se mezclan para atrapar desde el primer momento al espectador, para sumergirle en una situación límite que se desarrolla de una manera muy natural y cuya belleza visual contrarresta la falta de interacción de los personajes.

Porque hay que recordar que esta es una películas sin diálogos, sin ni siquiera monólogos del protagonista. Pero no son necesarios. Ya los grandes genios del cine mudo demostraron que no era necesario el uso de líneas de diálogo para que el personaje expresara sus emociones y sobre todo para que el espectador las entendiera. Dudok de Wit conoce perfectamente estas herramientas y las pone en juego de manera magistral. El desarrollo de las emociones y su importancia dentro de cada tiempo de la película son perfectamente implentadas y expresadas, lo que ayuda a entender su manera de actuar.

La película condensa al máximo cada uno de los elementos que pone en pantalla, pero los aprovecha de una manera magnífica para no caer en la monotonía ni la repetición. Hay que tener en cuenta que la película transcurre enteramente en una isla desierta y apenas son un trío de personajes los que protagonizan la historia. Ya se ha comprobado en películas anteriores que se pueden contar historias de náufragos sin hacer que el espectador se duerma, como ya hizo Robert Zemeckis en Cast Away (2000).


Sin embargo Dudok de Wit, aparte del enorme trabajo visual de la película, también la dota de un transfondo simbólico que enriquece muchísimo el conjunto. No se trata sólo de disfrutar de las impactantes imágenes, sino también de cuestionarse acerca de la existencia del ser humano, de los motivos que le mueven a lo largo de su vida, y a los diferentes ciclos por los que pasa. Todo ello se narra y se muestra de manera muy simple, pero cargada de significado, con una enorme carga metafórica que le da aún más valor a la película.

Hablar de temas tan complejos como los sentimientos primarios del ser humano en diferentes momentos de su vida, sin diálogos y además con un estilo muy personal, convierten a La Tortuga Roja en un nuevo ejemplo de cómo la animación puede crear películas únicas. A partir de esto, cada espectador tendrá una manera de interpretarla y entenderla, pero si algo hace grande al cine es que una misma película pueda despertar emociones muy diferentes a distintos receptores.

Carlos Sanz 

Comentarios