Spider-Man: Into the Spider-Verse

CALIFICACIÓN: ****


FICHA TÉCNICA:
Director: Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman. Intérpretes: Shameik Moore, Jake Johnson, Hailee Steinfeld, Nicolas Cage, Mahershala Ali, Liev Schreiber, Lily Tomlin. Guión: Phil Lord, Rodney Rothman, Dan Slott, Meghan Malloy. Música: Daniel Pemberton. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 117 min. Género: Aventuras, Acción, Fantástico.

En 2002, Sam Raimi estrenó la primera parte de su trilogía sobre Spiderman, la (pen)última saga de adaptaciones cinematográficas del hombre araña en imagen real. Desde entonces, aparte de esas tres, se sucedieron otras dos superproducciones que cambiaban, entre otras muchas cosas, a Tobey Maguire por Andrew Garfield y otra nueva saga protagonizada por Tom Holland, cuya segunda entrega verá la luz en julio de este mismo año.

Es decir, sin contar esta última, seis películas sobre el hombre araña en 15 años (Spider-Man: Homecoming se estrenó en 2017). Parece una saturación de adaptaciones sobre el mismo personaje exagerada, sobre todo cuando se trata de un personaje tan querido y con tantos seguidores pero con el que no terminan de conseguir una película a su altura. Por eso cuando se habló de una nueva adaptación, esta vez animada, sólo nos podíamos preguntar: ¿es necesaria?


Después de ver el resultado sólo hay una respuesta a esa pregunta: rotundamente si. La animación ha demostrado que puede conseguir resultados visuales muy alejados del cine de imagen real, aunque con la implantación de gráficos CGI o técnicas como el motion capture, la línea que separa la imagen real y la animación cada vez es más difusa. Pero igualmente sigue permitiendo una libertad creativa y expresiva que de otras maneras sería físicamente imposible.

Spider-Man: Into the Spider-Verse destaca principalmente por eso: por ser capaz de crear una identidad propia de una manera muy cinematográfica pero sin perder las raíces comiqueras de las que proviene. De esta manera se crea una conjunción perfecta entre dos universos narrativos tan distintos y a la vez con tantas cosas en común, como ya pudimos ver en las adaptaciones de Sin City (2005) o de Scott Pilgrim vs. the World (2010).

Además de esto, el juego de universos paralelos y de diferentes trepamuros que aparecen en la película sirven también como excusa para experimentar con la propia animación. Cada uno de esos personajes se genera con su propio estilo de diseño, con sus propias técnicas animadas, lo que sirve para definir su personalidad ya desde un plano visual. A ello se le añaden la enorme cantidad de detalles que hacen de la película una obra técnicamente impecable.


Pero no sólo destaca en el plano puramente visual, sino que también aporta su granito de arena a un personaje que, como ya hemos podido comprobar al principio, está más que saturado de historias. Esta vez se le da una vuelta de tuerca al universo del hombre araña, literalmente, y consigue atraer nuestra atención desde los primeros minutos para nos volverla a soltar hasta que termina.

Para los que en un principio les pudiera echar para atrás una nueva película de Spider-Man, para los que no son muy fans del personaje o simplemente para los que están cansados de las películas de superhéroes, decir que dejen atrás sus prejuicios porque Spider-Man: Into the Spider-Verse es algo diferente y sobre todo muy disfrutable.


Carlos Sanz

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