Innocent

CALIFICACIÓN: *****


Guión: Shinichi Sakamoto. Dibujo: Shinichi Sakamoto. Número de tomos: 9 tomos. Año de publicación: 2013. Género: Seinen.

En Bakuman Tsugumi Oba aprovechaba la historia de dos estudiantes de instituto que querían convertirse en mangakas para descubrirnos los entresijos y complejidades del mundillo. En general podíamos observar que era un camino muy duro, que el éxito solo se conseguía con continuas ideas geniales y que los autores suelen estar muy condicionados por los resultados de ventas, la opinión del público y por sus editores.

Por eso es curioso encontrar obras en las que el autor pueda desarrollar su estilo personal, casi con total libertad y sin tener en cuenta todos esos elementos. Supongo que dependerá en gran medida de la editorial que publique sus obras y de su política de empresa, pero es de agradecer que se permitan este tipo de licencias.


Gracias a esto podemos disfrutar de obras como Innocent, que habría sido mucho peor de haber estado lastrada por condicionantes externos. Se trata de una historia muy curiosa: la vida del último verdugo del absolutismo francés, el que se encargó de la ejecución de Luis XVI y Maria Antonieta. Aunque se trata de una historia real, con personajes reales basados en la novela de Masakatsu Adachi El Verdugo Sanson, también tiene algunos toques de dramatismo añadidos por Sakamoto.

Pese a todo, la veracidad de los personajes, de la historia (que incluso marca los días concretos de las ejecuciones) o del especial detallismo que hace en los escenarios o en el vestuario de los personajes es notable. Porque si por algo destaca esta obra, y merece un reconocimiento especial, es por su dibujo.

Sakamoto demuestra una técnica exquisita en las imágenes que nos regala. Desde grandes planos del Palacio de Versalles, con la nieve cayendo y las huellas marcadas por los caballos, hasta primerísimos planos de los protagonistas que nos hacen preguntarnos si lo que vemos es real o un dibujo. Además el estilo que engloba todo el conjunto suele ser muy recargado, con suntuosas melenas y exuberantes vestidos, que ayudan a sumergirnos en el Barroco imperante en la época.


Pero no solo se limita a mostrar la realidad de manera concienzuda, sino que también juega con muchas metáforas a lo largo del relato. Sobre todo para transmitir al espectador ideas y sonidos que serían muy difícilmente imaginables. Porque una de las marcas de estilo de Sakamoto es no utilizar onomatopeyas en los momentos que el resto de sus compañeros lo hacen: así que su manera de indicarnos el hecho de un músculo desgarrándose es, por ejemplo, el mismo que la cuerda de un violín al romperse por la tensión. Es un manga explícitos pero a la vez muy metafórico.

Todo ello se conjuga en una obra redonda, pero que dejará poco satisfecho a los que la disfruten. ¿Y eso porqué? Porque termina de forma muy abrupta. Desde las primeras páginas todo apunta a que el final estará marcado por la Revolución Francesa y la caída del absolutismo, y por lo tanto de la no necesidad de verdugos, pero ni mucho menos llega hasta 1789. Igualmente Sakamoto está publicando actualmente la continuación, titulada Innocent Rouge y que ya cuenta con 10 tomos publicados en Japón. Si es tan buena como la primera parte, puede seguir con la historia todo lo que quiera.



Carlos Sanz

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