Marriage Story

CALIFICACIÓN: ****½



FICHA TÉCNICA:
Director: Noah Baumbach. Intérpretes: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Azhy Robertson, Alan Alda, Julie Hagerty, Merritt Wever, Mary Hollis Inboden, Amir Talai, Ray Liotta, Wallace Shawn. Guión: Noah Baumbach. Fotografía: Robbie Ryan. Nacionalidad: Estados Unidos. Duración: 136 min. Género: Drama.

El hecho de que un guión sea bueno es un tema demasiado ambiguo. Es verdad que películas con diálogos originales, con frases inesperadas y conversaciones tremendamente frescas son consecuencia de un buen trabajo de guión, aparte de que estos diálogos sirvan para desarrollar correctamente una buena historia y para crear unos personajes únicos. Todo esto unido y bien ensamblado dan como resultado un gran guión.

Sin embargo me refiero al tema de ambigüedad en concreto por los diálogos. Pongamos como ejemplo las últimas películas que han sido galardonadas con el Oscar a Mejor Guión: la mayoría de ellas sirven como base de historias que pretenden ser realistas, incluso algunas de ellas (Spotlight, The King's Speech, Milk) están directamente basadas en hechos reales.


¿Pero no os ocurre que cuando oímos estos grandes diálogos, tremendamente escritos, por otra parte no nos suenan tan realistas como pretenden ser? Se produce un choque entre la calidad del texto y la verosimilitud de la historia, lo que provoca conversaciones demasiado ingeniosas, que como espectadores son muy refrescantes pero que nos chocan ante su falta de realismo.

Sin embargo también nos podemos encontrar películas que tienen unos grandísimos diálogos y a la vez consiguen ser conversaciones realistas, inesperadas pero verosímiles. Hasta el momento yo solo soy capaz de citar dos: As Good As It Gets y la que nos ocupa hoy.

Noah Baumbach nos regala un guión lleno de frases ingeniosas, de enfrentamientos dialécticos con una enorme carga emocional e intelectual. Porque es ahí donde reside la grandeza del texto: en las continuas luchas entre personajes, que al fin y al cabo es la base de la película, y en cómo cada conversación tiene su propio ritmo, sus altibajos y su propia forma de desarrollarse.


Pero a la vez consigue que sean frases realistas, que parezcan ser expresadas por cualquiera de nosotros. Siempre se muestra el límite de lo que puede ser dicho de manera natural sin llegar a extralimitarse. Porque todo lo que sale de la boca de los personajes está muy dentro de ellos: son ideas viscerales, intimistas y primarias de cualquier ser humano puesto en una situación límite.

Por supuesto, y al igual que ocurre en As Good As It Gets, todo esto habría tenido un sabor agridulce de no ser por el dúo protagonista. Ya en la película de James L. Brooks tanto Jack Nicholson como Helen Hunt se hicieron con unos más que merecidísimos Oscars a Mejor Actor y Mejor Actriz, respectivamente. En esta ocasión puede que no se hagan con esos mismos galardones, aunque de momento ya están nominados, pero las interpretaciones de Scarlett Johansson y Adam Driver son memorables.


Son intérpretes que nos convencen de los personajes, que nos muestran una historia realista que muy probablemente haya ocurrido y ocurrirá más veces, especialmente en Estados Unidos (el tema de abogados en la película hace especial hincapié en cómo funciona el sistema judicial norteamericano). Y partiendo de la empatía que nos producen es inevitable sumergirnos en su historia, un relato que por otro lado nos muestra la cara más dura y terrible de una separación.

Porque de eso trata la película, del distanciamiento. Por eso es curioso que Baumbach le haya puesto precisamente ese título a la película, como si el tema del matrimonio no tratara de unión sino de todo lo contrario. Aunque esas sean sus intenciones, el resultado no deja de ser una gran película muy bien construida desde la base y con una gran conclusión.



Carlos Sanz

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