¿El digital está matando el cine?

Ya llevamos unos cuantos años con el debate pero últimamente se ha vuelto a poner en primera plana y no parece que vaya a desaparecer a corto plazo: ¿supone el cine digital la muerte del cine tal y como lo conocemos?

Hay unos cuantos directores de primerísima fila que ya se han postulado por el cine tradicional en negativo, especialmente Quentin Tarantino y Christopher Nolan. Ambos defienden que el celuloide es la base sobre la que se deben construir las películas, que el resultado de otra cosa que no sea eso no se puede llamar cine. El propio Tarantino ya dejó clara su postura allá por el año 94 durante la presentación de Pulp Fiction en el Festival de Cannes: 

En lo que a mí respecta, la proyección digital es la muerte del cine. El hecho de que la mayoría de películas no se proyecten en 35mm significa que el mundo está perdido. La proyección digital tan sólo es televisión en una sala de cine 

Quizá una visión demasiado apocalíptica de un cine que por entonces aún estaba dando sus primeros pasos pero que con el paso del tiempo se ha ido implementando en la industria. El propio Nolan también se posicionó al respecto durante el estreno de Interstellar en 2014 y siempre ha defendido que el auténtico cine debe hacerse con celuloide.

Sin embargo el debate se ha vuelto a poner de actualidad tras los pasados Globos de Oro, en los que fue galardonada la película de Chloé Zhao Nomadland. Esta vez ha sido el director de fotografía de la película, Joshua James Richards, el que se ha posicionado a favor del cine digital y directamente en contra de Tarantino: 

Tarantino dice que el digital es la muerte del cine. Que te jodan, tío. Chloé no pudo tener respaldo financiero porque es una mujer china. Con el digital, podemos hacer nuestras propias películas por cien mil dólares con un nivel que las permite ser presentadas como cine

Desde luego es un debate en el que es difícil posicionarse completamente por una de las dos, puesto que ambas tienen argumentos de suficiente peso como para ser predominantes. Sin embargo, personalmente, es verdad que el cine digital conlleva una reducción tan significativa de los costes que permiten a cineastas más desconocidos llevar a cabo sus proyectos que de otra manera sería completamente imposible. Aparte de esto no creo que exista una gran diferencia a nivel visual entre una cinta y otra más allá de la parte romántica que supone usar el formato clásico, puesto que incluso en el digital se podría simular perfectamente el grano del celuloide para dar ese efecto.

Igualmente se trata de un debate que no tiene pinta de acabar pronto, todo lo contrario, y que es bueno para adivinar hacia dónde se dirige la industria y el arte de este "nuevo cine".

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